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El desarrollo integral del alumno. Aporte para un perfil universitario

Protagonistas del desarrollo

 

Para que este desarrollo legítimo e integral se dé, es necesario que en la tarea se den cita el formador con la institución responsable así como el alumno, también responsable insustituible de su propia formación.

Lo que sucede frecuentemente en el escenario de la formación universitaria es que se llega a notar la poca relación que tiene el concepto de desarrollo integral como hilo conductor en todas las actividades de los programas académicos, que permita visualizar la formación integral de una manera única como eje vital y horizontal del currículo.

Por otra parte, se considera que el concepto de formación integral se debe hacer más operativo en todas las acciones que se realizan en el programa y en general en la universidad, porque, como mencionan los estudiantes, formación integral es aprender a escuchar, que el estudiante pueda expresarse libremente sin tener señalamientos, porque formación integral es ser transparentes y no personalizar las cosas.

Es común que en nuestras instituciones el desarrollo integral del alumno se toque de una manera transversal y no forme parte del curriculum manifiesto de su escuela.

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Sin embargo ha sido necesaria, ante el deterioro de la sociedad, la vuelta a las estrategias y políticas educativas en el estado de Guanajuato que regresen tanto la Institución educativa como el profesorado a la formación integral.

¿Se tiene asumido el compromiso de llevar a cabo el desarrollo integral del alumno tanto en la Institución que le cobija y por el profesor que le forma?

Este cuestionamiento a cada institución nos debe interpelar para revisar y, en su caso, recapacitar sobre el derecho que tiene el universitario de vivir el desarrollo y la formación integral así como el deber de la institución que se precie de formar universitarios con un perfil definido: el de orientar todos sus esfuerzos a la educación dentro del escenario de un desarrollo integral.

Es decir, la institución que se compromete al desarrollo integral del alumno debe manifestarlo en la Filosofía de la Universidad plasmada en su Plan de Desarrollo Institucional llevada a la praxis educativa; esta realidad dará la posibilidad de generar el espacio para afirmar al alumno con la identidad no sólo de sí mismo sino en la identificación del estudiante con los valores universales, sociales y familiares que profesa su institución universitaria así como la proyección de la institución por medio de su ejercicio profesional inicial y terminal hacia la sociedad que le espera.

Esta proyección como persona se debe realizar dentro del escenario o ámbito que le rodea, es decir, el conjunto de elementos físicos materiales y estructurales que le desarrollen el aspecto físico de su persona con las actividades propias planeadas para su crecimiento y equilibrio. Y también se deberán  dirigir a su entorno social donde también se posibilitará la construcción de relaciones con los beneficiarios de su ejercicio profesional y con todos aquellos integrantes de las comunidades a las que llevará su actividad universitaria.

Ante la comunidad que le rodea, la institución educativa le impulsará su proyección  generando participación y compromiso social, político y cultural, tolerancia y capacidad de diálogo. Sin olvidar que el universitario también se orienta a la trascendencia tanto de su ser como de su quehacer. Es decir, fortalecido por su espiritualidad y competencia, el profesionista egresado tendrá, por este desarrollo integral, la posibilidad del emprendedurismo, de la articulación empresarial y el desarrollo tecnológico con un talante integrador.

Todas estas acciones, promovidas por el cuerpo docente, administrativo y directivo son las que deben permear el ámbito educativo donde se forma cotidianamente el universitario.