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Responsabilidad social de las IES

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Mtro. Jorge Ernesto Carrillo Pérez
Subdirector de Proyectos y Vinculación.
Universidad Tecnológica del Norte de Guanajuato

 

Reseña

Las circunstancias actuales resaltan las necesidades de Justicia Social que tiene nuestro país y América Latina, tal afirmación debemos verla como un compromiso de las IES, como la responsabilidad de tomar en cuenta a las personas, su entorno y sus implicaciones. En este modesto trabajo se presenta una experiencia exitosa en este tema y una reflexión para incorporar estas buenas prácticas en nuestras IES.

Desarrollo

La responsabilidad social de las IES no es un título acuñado para cumplir, o dejándonos llevar por la inercia de una moda pasajera, es una obligación de toda institución que se precie de tomar en cuenta a las personas, su entorno y sus implicaciones.

En el mundo entero hay plena conciencia de este compromiso, que yo acotaría como deber. Revisando acciones concretas en este sentido, podemos asomarnos a lo que ya ocurre en países con sistemas educativos ampliamente reconocidos como es el caso de Chile.

La Universidad Socialmente Responsable: una manera de ser

En 2001 se puso en marcha en Chile el Proyecto “Universidad Construye País”, que pretendía llevar a cabo una acción coordinada y conjuntada de responsabilidad social en las universidades del país. Una de sus promotoras, la rectora de la Universidad Católica de Temuco, Mónica Jiménez de la Jara, analiza la evolución del proyecto y sus raíces conceptuales, desgranando los aspectos de mayor importancia que existen tras las teorías y las prácticas de responsabilidad social universitaria.

coepes-utng-responsabilidad-ies-introEn el año 2001 nació el Proyecto “Universidad Construye País”, que hoy constituyen y conforman una red de 16 universidades chilenas. Desde entonces hasta hoy, han ocurrido muchas cosas, tanto en Chile, en América Latina, como en el mundo; incluso en casos específicos, como la universidad que se caracteriza por ser una universidad de movilidad social en contexto indígena y en la se tiene la oportunidad de aplicar de lleno y directamente la práctica de la responsabilidad social universitaria.

Contexto Regional: Latinoamérica y el Caribe

Resulta importante destacar algunos de los elementos de nuestra realidad latinoamericana que generan el contexto para que las Universidades nos planteemos el necesario compromiso social de nuestras instituciones, la responsabilidad social, como una ética que impulsa nuestro accionar. De acuerdo a cifras de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe), 224 millones de personas se encuentran en condiciones de pobreza en América Latina y el Caribe; de ellas, 98 millones son indigentes. Vivir en pobreza no es sólo carecer de los ingresos necesarios para cubrir necesidades básicas; es también padecer la exclusión social, que impide una participación plena en la sociedad (Ernesto Ottone, Secretario Ejecutivo Adjunto de la CEPAL)

La pobreza condiciona las oportunidades de desarrollo de las familias, lo que se transmite de generación en generación. El bajo nivel educativo de amplios estratos de la población constituye un importante mecanismo de transmisión intergeneracional de la pobreza. El escaso nivel de educación y la falta de acceso a una educación de calidad de los jóvenes de estratos más pobres bloquean su principal canal de movilidad e inclusión social. (Ottone, 2006).

¿Pueden las universidades quedar indiferentes a esta realidad?

El Concepto de Responsabilidad Social Universitaria (RSU):

Una de las primeras actividades del Proyecto Universidad Construye País, después de haber sensibilizado a rectores, académicos y estudiantes de las diversas universidades y de haber constituido los equipos en cada universidad participante, fue realizar en 2002 una elaboración compartida del concepto de Responsabilidad Social y de los indicadores para medirla (Universidad Construye País, 2006).

En aquel momento se definió la “Responsabilidad Social Universitaria como la capacidad que tiene la Universidad como institución de difundir y poner en práctica un conjunto de principios y valores, por medio de cuatro procesos claves: gestión, docencia, investigación y extensión”.

La siguiente cuestión era definir cuáles son esos valores y principios declarados:

  • En el plano personal: dignidad de la persona, libertad e integridad
  • En el plano social: bien común y equidad social; desarrollo sostenible y medio ambiente; sociabilidad y solidaridad para la convivencia; aceptación y aprecio a la diversidad; ciudadanía, democracia y participación.
  • En el plano universitario: compromiso con la verdad; excelencia; interdependencia y transdisciplinariedad.
     

Se definió además “de qué” se era responsable; “ante quién” se respondía y “cómo” responde la universidad.

A la pregunta ¿”de qué” es responsable la universidad?, se acuerda que era lo de vivir, de poner en práctica los principios y valores declarados; es decir, era responsable de poner al centro de su vida académica y organizacional, una concepción ética, que debería expresarse al tomar decisiones de gestión, docencia, investigación y extensión. En el corazón de la universidad estaba la ética, estaban los valores y principios declarados.

¿”Ante quién” se responde? Primero se responde ante la propia comunidad universitaria, ante los académicos, funcionarios y alumnos, ante cada uno en particular y ante todos como comunidad. Luego se responde al país, al Chile de hoy y del futuro, la universidad tiene que visionar el futuro y adelantarse a las necesidades que el país le hará por nuevos servicios. Además en una sociedad globalizada, la universidad tiene que responder a los requerimientos de América Latina y del mundo.

¿"Cómo" se es responsable? Por medio del desarrollo de los procesos claves de gestión, docencia, investigación y extensión universitaria, atravesados por instancias de reflexión que le otorguen la profundidad y la contingencia social que requieren las respuestas universitarias. Se es responsable desde las funciones cotidianas, por lo tanto la RSU no es una actividad extra-programática, es parte de su esencia, de su forma de ser Universidad.

Otras definiciones de Responsabilidad Social

Hoy, en la experiencia latinoamericana, nos encontramos con otras formas de definir la Responsabilidad Social, definiciones que no son contradictorias con la planteada por Universidad Construye País, pero que aportan miradas y acentos diferentes que muy bien vale la pena considerar en la discusión del concepto.

Francois Vallaeys, filósofo francés asentado en la Universidad Católica de Lima, define la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) como: “Una política de calidad ética del desempeño de la comunidad universitaria (estudiantes, docentes y personal administrativo) a través de la gestión responsable de los impactos: educativos, cognitivos, laborales y ambientales que la universidad genera, en un dialogo participativo, con la sociedad para promover el Desarrollo Humano Sostenible”.

Quizás lo central de la diferencia de los planteamientos de otros autores latinoamericanos con la definición primera de Universidad Construye País, está en que nuestra institución acordó un conjunto de valores y principios, que no clasificó en momentos de la evolución de la ética o de acuerdo a la teoría de los Derechos Humanos. Hoy, en América Latina se ponen acentos y énfasis a los que se adhieren conjuntos de universidades. Por ejemplo las Universidades adscritas a la red AUSJAL, (Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina) privilegian los derechos humanos de segunda generación, económicos y sociales y enfatizan las necesidades de Justicia Social que tiene América Latina. Otros, como Francois Vallaeys, ponen el acento en temas planetarios, en el efecto invernadero, en el ahorro de energía, etc.

El proyecto Construye País es una red de universidades muy diversas, donde confluyó el humanismo laico y el humanismo cristiano y dejó libertad a las Universidades para poner sus propios énfasis. Lo importante del planteamiento fue que puso los valores y la ética, en el centro, en el corazón de la universidad, solicitando que cada una explicitara sus prioridades y trabajara en coherencia con ellas. Detrás de este planteamiento está la convicción de que los valores se aprenden desde la emoción- motivación; la vivencia o experimentación de ellos y luego la reflexión y argumentación. Por tanto las universidades deben definir y comprometerse con los valores que están dispuestos a vivir y que son claves en su proceso de desarrollo.

Sobre procesos en la universidad e impactos fuera de ella

Otra diferencia encontrada es la que se refiere a procesos e impactos. Construye País puso el acento en los procesos universitarios y no trabajó los impactos que la universidad genera. Así, el foco inicial de Construye País está en los valores y principios que la Universidad pretende encarnar al desarrollar sus funciones básicas; mientras que el foco de la propuesta de Vallaeys está en los impactos que la Universidad genera en cuatro (ahora cinco) dimensiones claves que se relacionan también con sus funciones específicas.

La explicitación de los valores y principios permite ahondar en el fundamento, en el sentido de lo que nuestras universidades se proponen hacer y aportar a la sociedad. El énfasis en los impactos nos recuerda que finalmente las intenciones no dejan de serlo hasta que generan hechos capaces de transformar efectivamente la realidad. Por otro lado, el foco en valores y principios nos ayuda especialmente a fijar metas y a seleccionar estrategias coherentes con los mismos. Asimismo, nos permite someter esas definiciones a constatación empírica, o sea verificar si la estrategia seleccionada nos permitió efectivamente avanzar en el sentido deseado.

Parece existir complementariedad en ambos enfoques, y esto me parece un gran aporte de otros autores. Cabe recordar, sin embargo, que la RSU se ejercita por medio de los procesos claves de la universidad y, por lo tanto, no es una actividad extra-programática, o sólo propia de sus alumnos, sino que, como hemos dicho, compromete la esencia de la universidad, su modo de ser.

Nos resta aún, trabajar los impactos que se producen con la acción u omisión en su gestión. En este sentido Zaffaroni Cecilia de la U. Católica de Uruguay (2007 distingue cuatro áreas de impacto, las que fueron ampliadas a cinco en la última reunión de AUSJAL en Caracas. Se distinguió que la Universidad produce:

1) Impacto Organizacional, equivalente a la Responsabilidad Social Empresarial. Toda organización, por ser tal, produce impactos por medio de su gestión. Debería existir una ética de la Gestión, donde los valores estuvieran en el centro y donde esta ética se expresara en el clima laboral; en la relación con los clientes y proveedores; en la relación con los funcionarios -académicos y administrativos- y en la relación con sus estudiantes. En esta área de impactos hay que desarrollar un conjunto de políticas de responsabilidad social, relacionadas a cada uno de los aspectos antes señalados.

2) Impacto Ambiental. Las universidades producen impactos en el medio ambiente, tales como desechos o residuos contaminantes; uso indiscriminado de agua y energía; ruidos molestos; basuras sin separación en el origen. A su vez la universidad puede sensibilizar a su alumnado sobre los problemas ambientales a los que se enfrenta la sociedad y contribuir activamente a superarlos.

3) Impacto Educativo. Este ocurre en el proceso de; cuando los alumnos se forman como ciudadanos democráticos; cuando la comunidad universitaria tiene la posibilidad de participar activamente en proyectos de servicio a la comunidad; cuando participan en la reflexión de las experiencias realizadas; cuando los miembros de la comunidad educativa se comprometen voluntariamente en proyectos de servicio; cuando hay un trabajo interdisciplinario en proyectos de servicio a la comunidad; cuando se producen mejoras continuas en los mapas curriculares a partir de las experiencias realizadas, etc.

4) Impacto Cognitivo. Cuando las líneas de investigación se abren a temas del desarrollo humano sostenible; cuando los proyectos de investigación asumen los temas étnicos; de género; de pobreza; de la discapacidad; cuando los proyectos de investigación incluyen la integración de diversas perspectivas disciplinarias; cuando hay un aprendizaje compartido con otros actores de la comunidad; cuando el conocimiento generado cumple con los estándares establecidos por la universidad sobre calidad y pertinencia; cuando los conocimientos generados son difundidos entre la comunidad académica, entre los actores relevantes en el tema y en la opinión pública en general, etc.

5) Impacto Social. Cuando la universidad abre sus puertas y recibe alumnos de los sectores más desfavorecidos de la población; cuando la universidad se hace cargo de sus alumnos reales y logra que se mantengan en el sistema con buenos rendimientos; cuando desarrolla programas para nivelar a los estudiantes en competencias básicas; cuando trabaja la deserción y la titulación oportuna; cuando cuenta con una serie de beneficios estudiantiles que permiten realizar lo descrito; cuando los proyectos sociales que emprende la universidad han cumplido con los objetivos que se plantearon; cuando la universidad mantiene convenios con actores sociales para desarrollar proyectos conjuntos; cuando las acciones emprendidas tienen un alcance significativo; cuando hay un presupuesto de la universidad destinado al vínculo con los actores sociales relevantes de la comunidad, etc.

Sin lugar a dudas las nuevas miradas, los nuevos aportes y los nuevos énfasis harán que, entre otros aspectos, la red Construye País reflexione sobre los impactos de una gestión socialmente responsable y acordar sistemas e indicadores para medirlos sistemáticamente. El debate es enriquecedor y espero que redunde, finalmente, en la consecución de nuestros objetivos, una nueva manera de ser universidad, que impulse prácticas efectivas de responsabilidad social de nuestras instituciones.

En algunas IES de nuestro México ya se están trabajando ciertos temas de la responsabilidad social, sin embargo se hace de manera aislada. Es momento de visualizar este mismo trabajo de modo integral e integrador, donde participen las IES en forma organizada, creando redes de colaboración donde cada institución comparta logros y experiencias en este quehacer.

Las circunstancias actuales enfatizan las necesidades de Justicia Social que tiene nuestro país y América Latina, este compromiso social no lo debemos ver como una obligación, es una responsabilidad y debemos verla como la razón de ser, la esencia de las IES.

Referencias

“La universidad socialmente responsable una manera de ser”. Artículo publicado originalmente en el boletín electrónico de la GUNI (Global University Net Work for Innovation) consultado el 01 de Junio de 2011