La acreditación y certificación de la educación superior en México: por la mejora continua

Resumen

Se presenta una breve reseña sobre la evolución que ha tenido la evaluación de la educación superior en México, así como la acreditación y certificación de los programas educativos de las instituciones de educación superior. La institucionalización de la evaluación derivó en un programa que hoy en día permanece vigente con muy pocas variantes y que su implementación en 1991 ha permitido impulsar la mejora continua en la calidad de los programas educativos y servicios que ofrecen las instituciones de educación superior en México.

Palabras clave: evaluación, acreditación, certificación, calidad, mejora continua.

Dr. Rubén Lara Valdés
Doctorado
Mexicano
Director General
Instituto Tecnológico Superior de Irapuato,
Esta dirección de correo electrónico está protegida contra spambots. Usted necesita tener Javascript activado para poder verla.

recirtifacionSe presenta una breve reseña sobre la evolución que ha tenido la evaluación de la educación superior en México, así como la acreditación y certificación de los programas educativos de las instituciones de educación superior. La institucionalización de la evaluación derivó en un programa que hoy en día permanece vigente con muy pocas variantes y que su implementación en 1991 ha permitido impulsar la mejora continua en la calidad de los programas educativos y servicios que ofrecen las instituciones de educación superior en México.

Palabras clave: evaluación, acreditación, certificación, calidad, mejora continua.

Introducción

J. Rubio (3) en su obra sobre la política educativa y la educación superior en México, resume que las primeras acciones en materia de evaluación de la educación superior en México datan de la década de los setenta y fueron producto de los programas de gobierno y de diversas iniciativas de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES). La Evaluación se institucionalizó con el Programa para la Modernización Educativa 1989-1994 del gobierno federal.

En este programa se estableció como una de las líneas prioritarias de acción, la evaluación permanente, interna y externa de las instituciones para impulsar la mejora de la calidad de los programas educativos y servicios que ofrecían, y como meta la creación de una instancia que concibiera y articulara un proceso nacional de evaluación de la educación superior.

En 1989 la Coordinación Nacional para la Planeación de la Educación Superior (CONPES) diseñó la Comisión Nacional de la Evaluación de la Educación superior (CONAEVA), la cual elaboró la estrategia nacional para la creación y operación del Sistema Nacional de Evaluacion. Dicha estrategia se sustentó en tres líneas generales de acciones paralelas y simultáneas:
1.La evaluación que llevarían a cabo las instituciones (autoevaluación),
2.La evaluación del sistema y los subsistemas a cargo de especialistas e instancias, y
3.La evaluación interinstitucional de programas académicos y funciones de las instituciones mediante el mecanismo de evaluación de pares calificados de la comunidad académica.

reacreditacion-En los años de 1990 y 1991, como parte de la primera línea general de acción de la CONAEVA, las instituciones públicas llevaron a cabo su proceso de autoevaluación. Entregaron sus informes a la comisión y sus programas de mejoramiento a la SEP. Los proyectos mejor sustentados y con mayores perspectivas de generar un cambio estructural efectivo fueron financiados por la Secretaría con recursos extraordinarios. De 1992 a la fecha, la autoevaluación institucional se ha arraigado en la mayoría de las instituciones públicas como parte de sus procesos de planeación, de formulación de sus programas de desarrollo institucional y de evaluación externa.

Para la evaluación global del sistema se conformaron grupos de expertos, los cuales llevaron a cabo sendos estudios sobre los subsistemas universitario y tecnológico que sirvieron de base para la definición y fortalecimiento de políticas públicas cuyo objetivo fue coadyuvar al desarrollo del sistema y a la mejora de su calidad.

En el marco de la tercera línea general de la CONAEVA, la CONPES creó en 1991 los Comités Interinstitucionales para la Evaluacion de la Educación Superior (CIEES) como un organismo de carácter no gubernamental. Las funciones principales asignadas a los comités fueron la evaluación diagnóstica de programas académicos y funciones institucionales, y la acreditación de programas y unidades académicas.

A finales del año 2000 con la creación del Consejo para la Acreditación de la Educación Superior (COPAES), se inició la construcción de un sistema para la acreditación de los programas educativos que las instituciones ofrecen.

Desarrollo

V.M. Rosario, et al. (2) expone que la evaluación se constituyó en una acción básica, en un ejercicio permanente con fines de transformación de las acciones sustantivas y adjetivas de las instituciones.

La evaluación en México se relacionó principalmente con la mejora de la calidad educativa y con la garantía de que las instituciones de educación superior fueran acreditadas respondiendo con ello a estándares preestablecidos.

Partiendo del principio de la mejora de la calidad educativa, la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES) contempló que la institución tiene una misión pertinente al contexto de la educación superior, y que cuenta con los recursos, programas y servicios suficientes para cumplir con ella, de ahí que las instituciones de educación superior particulares se sometieron también a estos ejercicios de evaluación interna-externa para garantizar la pertinencia y calidad.

Actualmente la evaluación de la educación superior se realiza por un conjunto de instancias y organismos con los que el gobierno federal ha trabajado buscando su coordinación en un Sistema Nacional de Evaluación y Acreditación. Estos son los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES), los cuales realizan, desde su creación en 1991, evaluaciones diagnósticas de los programas educativos y de las funciones de gestión y extensión de las instituciones.

M. A. Zabalza (4) manifiesta que la calidad ha venido vinculada a los problemas de la masificación de la Universidad causante en un declive notable en la capacidad de las instituciones para atender de manera digna las expectativas y demandas de los alumnos (que al ser más, son necesariamente más heterogéneos y presentan más carencias en relación a los conocimientos previos, a la motivación por los estudios y a los recursos disponibles). La necesidad de atender a una población cada año más numerosa hizo descuidar algunos de los parámetros determinantes de la calidad de la enseñanza universitaria (preparación de los profesores, supervisión individual, existencia de prácticas, nivel de exigencia de los programas, recursos y equipamiento disponible para los estudiantes, etc.).

La presión por la calidad ha ido aumentando también al amparo de un nuevo clima social cada vez más exigente con los gestores de los servicios públicos. La ciudadanía es cada vez más conciente de sus derechos y no se conforma fácilmente con una provisión degradada de los servicios a los que considera tiene derecho.

Antonio Gago Huguet (1) en sus apuntes acerca de la evaluación educativa comenta que las características de un programa suelen constituir un punto intermedio que permite agregarse para evaluar entidades mayores como una escuela, una universidad, el subsistema tecnológico, el subsistema público, etcétera y también facilita la desagregación para evaluar entidades más específicas como alumno. Este tipo de consideraciones se han hecho en nuestro ámbito educativo y eso explica que la orientación inicial de las tareas de evaluación y acreditación sea hacia los programas y no respecto a las instituciones o los subsistemas.

Por otra parte V. M. Rosario (2) expone que los criterios de evaluación considerados, fue un reflejo del compromiso que tienen las instituciones de educación superior al ofrecer a su comunidad los más altos estándares de educación superior y contribuir, con ello, al desarrollo de una sociedad más próspera y justa.

Es por ello que la efectividad del proceso de evaluación depende de la aceptación de la institución del sistema de evaluación, incluyendo su involucramiento y compromiso con un proceso de mejora continua.

Para el caso particular del Instituto Tecnológico Superior de Irapuato (ITESI) la evaluación diagnóstica y la acreditación de sus programas educativos nos han permitido evaluar –como proceso continuo- tanto los aspectos importantes de la institución e identificar áreas de oportunidad, como las fortalezas de dichos programas. Un aspecto que considero importante resaltar es el involucramiento de todas las áreas de la comunidad tecnológica incluyendo profesores, estudiantes, funcionarios y empresarios así como miembros del máximo órgano de gobierno.

La convicción ha sido firme pilar para mantener la ruta hacia la mejora continua, sabemos que lo que no se evalúa se devalúa.
reacreditacion2

Conclusiones

Se debe coadyuvar al mejoramiento de la calidad de la educación superior en México, a través de la evaluación diagnóstica de las funciones institucionales de los programas que se ofrecen en las instituciones de ese nivel de estudios, propiciando así que los modelos de organización académica y pedagógica orienten al aprendizaje como un proceso a lo largo de la vida.

En las instituciones de educación superior la evaluación para la acreditación se realiza en función de parámetros que buscan como principio fundamental la calidad, por lo que se considera que es fundamental que la evaluación externa o evaluación por pares académicos de los Programas de Formación Académica, sea concebida como el proceso en el que se desarrollen procedimientos científicos con el propósito de verificar la validez y fiabilidad del informe de autoevaluación.

Los pares académicos, deberán ser profesionales de reconocido prestigio, sin prejuicios, capaces de emitir juicios de valor en forma objetiva, con el propósito de certificar la validez y confiabilidad de los resultados de su estudio.

Hay en todo este proceso evaluativo de las instituciones un punto de apoyo esencial para el avance de la educación superior en su conjunto. Cada vez más se consolida la cultura de la evaluación en el país.

En el ITESI consideramos que la evaluación institucional debe ser un ejercicio continuo y permanente que asegure la calidad de los programas educativos. Los resultados que de ella emanen tendrán que garantizar el tránsito de la institución hacia la calidad educativa y hacia la mejora continua de sus planes y programas de estudio. La certificación y acreditación si bien representan elementos para cumplir con los objetivos sociales, también son acciones de política educativa que no deben asumirse de manera acrítica. Hemos asumido que representan espacios para repensar estos procesos reconociendo la identidad y los valores institucionales.

_____________________________________________________________________

Bibliografía

GAGO, Antonio (2003). Apuntes acerca de la evaluación educativa. 2a edición. México, offset, pp. 40-41.

ROSARIO, Víctor (2006). Acreditación y Certificación de la educación superior: experiencias, realidades y retos para las IES. México, pp. 24-29.

RUBIO, Julio (2006). La política educativa y la educación superior en México. 1995-2006: un balance, México, Fondo de Cultura Económica, pp. 47-229

ZABALZA, Miguel (2007). La enseñanza universitaria. El escenario y sus protagonistas. 3a edición. España, Narcea, pp. 176-177.

______________________________________________________________________