Dr. José Fernando Cuevas de la Garza. Docente de la Universidad De La Salle Bajío México. Correo: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
El siguiente texto presenta de manera breve un conjunto de prácticas, propuestas formativas y acciones relacionadas con la formación de competencias vinculadas con el desarrollo sustentable y la inclusión, en el contexto del papel y compromiso social de las instituciones de educación superior. Se considera una doble perspectiva: la propia formación de los estudiantes y el quehacer institucional en su conjunto, atendiendo estos imperativos sociales.
Palabras clave: estrategias, competencias, inclusión, desarrollo sustentable, prácticas institucionales.
De acuerdo con la UNESCO (2012), la sostenibilidad es un paradigma central para la Organización de las Naciones Unidas y plantea la necesidad de reflexionar en torno a un futuro en el que prevalezca la calidad de vida, a través del equilibrio de las condiciones sociales, ambientales y económicas. En consecuencia, la educación en este sentido está llamada a generar transformaciones en las personas para impulsarlas a crear sociedades más sostenibles, incidiendo de manera profunda en la conciencia pública.
Para efectos del presente escrito y contextualizado en el ámbito de la educación superior, se define, en consonancia con la propia UNESCO (2005), como los procesos orientados a responder a las diversas necesidades y requerimientos de los estudiantes de tal manera que puedan participar activamente en sus procesos de aprendizaje, permanecer en la escuela y alcanzar los logros planteados, evitando así la exclusión en y desde la propia educación.
Dentro del campo del desarrollo sostenible se puede ubicar a la inclusión, término que se puede entender desde diferentes perspectivas y que implica unas condiciones específicas que permitan a todos los alumnos involucrarse en procesos de aprendizaje y una toma de conciencia por parte de los actores educativos, especialmente los docentes (Salinas, 2013).
Además de estas consideraciones referidas a la formación de los estudiantes, tanto el desarrollo sustentable como la inclusión se convierten en elementos que se expresan en diversas prácticas institucionales que pueden derivarse de los principios filosóficos, epistemológicos, sociales y pedagógicos de las instituciones de educación superior, como reflejo y concreción de sus premisas fundamentales, considerando el carácter interrelacionado de estos grandes desafíos.
En efecto, retomando los fines de la educación superior y en plena coherencia con su modelo, cada institución puede asumir el compromiso de la formación en torno al desarrollo sustentable y la inclusión, empezando por definir cómo entenderá estas nociones y de qué manera se puede traducir en términos de procesos de aprendizaje y de transformación tanto individual como colectiva. Se trataría, más que de una respuesta a una imposición de fuera, de una reflexión en la que participe la comunidad institucional para identificar la pertinencia de la incorporación de estas propuestas.
Dado el carácter pluridimensional de la sustentabilidad, conformada por un conjunto de interacciones entre la naturaleza, la economía y la cultura, que se orientan a la mejora de la calidad de vida actual y futura (Marcote y Álvarez, 2005), los procesos formativos implican un abordaje en el mismo sentido, donde se consideren distintos tipos de aprendizajes que permitan la construcción de saberes por parte de los actores institucionales y de la propia entidad educativa. De igual manera, la inclusión como objeto de análisis requiere de perspectivas diversas en las que confluyen saberes tanto cognitivos y procedimentales como actitudinales y metacognitivos.
En este sentido, la integración de las competencias en los modelos educativos de las instituciones, entendidas como la integración de saberes de diversa naturaleza, entre los que se encuentran aquéllos vinculados con las actitudes y sus referentes en términos de valores, implica un proceso continuo de reflexión institucional acerca de las premisas y estrategias, sobre todo de carácter curricular, que se pueden poner en acción.
Una propuesta pertinente para el desarrollo de procesos formativos en estos campos es la incorporación de competencias transversales de carácter interdisciplinario, constitutivas de todas las profesiones más allá de la especificidad de su campo de acción, y que se asocian también con la ética profesional. Estas competencias representan un desafío para el diseño, instrumentación y evaluación curricular, en particular por la ruptura que representan de la lógica de los planes y programas centrados en materias o asignaturas.
El campus universitario se convierte en espacio de gestión sustentable y como referente que sirva como modelo de gestión sustentable para el resto de la sociedad (Gutiérrez, Benayas y Calvo, 2006). Se deberá cuidar el riesgo de la dispersión: una gran acumulación de competencias asignadas que difícilmente se desarrollan y mucho menos se evalúan, dado el tiempo y el tamaño de los programas, que pueden caer en la confusión de que a mayor cantidad mejor calidad.
En el siguiente cuadro se propone un conjunto de estrategias para la construcción de competencias a nivel personal e institucional en los ámbitos del desarrollo sustentable y la inclusión.
| Desarrollo sustentable | Inclusión | |
| DESARROLLO DE COMPETENCIAS DE LOS ACTORES | Promoción de prácticas profesionales y servicio social que se vinculen con la sustentabilidad social, económica o ambiental. | Organización del servicio social o de las prácticas profesionales que atiendan entornos, organizaciones y personas en situación de exclusión. |
| Generación de ambientes en el aula con un sentido ecológico, en donde tanto alumnos como docentes se perciban como integrantes de un ecosistema orientado al aprendizaje. | Prácticas docentes y estrategias didácticas que promuevan la inclusión (trabajo en equipo, participación equitativa, diálogo constructivo, respeto). | |
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| DESARROLLO DE COMPETENCIAS INSTITUCIONALES | Gestión de programas sustentables al interior de la institución (basura, reciclaje, áreas verdes, ahorro de agua y energía). | Estrategias institucionales como prácticas cotidianas en cuanto a la inclusión: relación laboral con los empleados, oportunidades de crecimiento. |
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El papel que deben desempeñar las instituciones de educación superior en las sociedades actuales está sujeto a debate y difícilmente se puede establecer como un estándar, sobre todo por las diversas condiciones económicas y sociales en las que se insertan y por la gran heterogeneidad que caracteriza al sistema educativo de nivel superior. Es posible encontrar experiencias universitarias e institucionales consistentes en cuanto a la formación y desarrollo de proyectos vinculados a la sustentabilidad y la inclusión.
En efecto, campos de acción y reflexión tan importantes como éstos no debieran resultar ajenos a su quehacer, tanto en la formación de los estudiantes, como en las prácticas y proyectos de carácter institucional, atendiendo a las necesidades contextuales y a su propia misión, como agentes orientados a la generación del conocimiento, la formación integral de personas profesional y ciudadanamente competentes y a la divulgación y extensión de los saberes a las sociedades en las que se encuentran insertas, con miras a resolver los problemas más apremiantes.
Los grandes desafíos sociales en torno a la desigualdad, la exclusión y a los problemas ecológicos, entendidos desde una perspectiva amplia, implica la toma de conciencia y de responsabilidad por parte de los diferentes actores, entre los que las universidades e instituciones de educación superior tienen mucho que aportar desde sus declaraciones fundamentales como espacios de transformación comunitaria.
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