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El papel de la educación superior en la sociedad del conocimiento

José Hugo Trinidad Cornejo Martín del Campo. Doctor en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad De La Habana. Miembro de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación, A.C. (AMIC), Miembro extranjero de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas. Profesor de asignatura en Universidad Santa Fe y Universidad del Valle de Atemajac Plantel León (UNIVA). Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

 

Reseña

El papel de la educación superior en la sociedad del conocimiento es un tema que invita a hacernos una serie de preguntas que contribuyan al encuentro de respuestas. Para ello es necesario asumir lo que se entiende por conocimiento y valorar la acción reflexiva de los sujetos y de las instituciones educativas.

Palabras clave: Conocimiento, Comunicación, Instituciones de Educación Superior, Sujeto, acción reflexiva.

 

Abstract

The role of higher education in the knowledge society is an issue that invites us to ask a series of questions that contribute to the encounter of answers. For this it is necessary to assume what is meant by knowledge and to value the reflexive action of the subjects and educational institutions.

La noción de conocimiento nos parece una y evidente. Pero, en el momento en que se la interroga, estalla, se diversifica, se multiplica en nociones innumerables, planteando cada una de ellas una nueva interrogación.

Edgar Morin

Preguntándonos

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La exploración dinámica de la realidad nos exige colocarnos frente a ella, a sus lados, por detrás, por encima o por debajo, y observarla desde diferentes perspectivas. Este acercamiento nos permite reconocer formas, texturas y discursos que se traducen en datos así como en la presencia de un sujeto curioso con lo cual comenzamos a darle forma a eso que llamamos conocimiento.

Es entonces que surgen las primeras preguntas: ¿es necesario el sujeto para la existencia del conocimiento? ¿Es la sociedad la suma de sujetos y de qué manera? ¿Cuál es la relación que se hilvana entre sociedad y conocimiento? ¿Se le da valor a la acción reflexiva en las Instituciones de Educación Superior? ¿Son las Instituciones de Educación Superior un espacio promotor de un conocimiento vivo y dinámico?

Hay otras preguntas que atienden más a la cuestión de consensos: ¿existen diferentes denominaciones para hablar de sociedad del conocimiento? ¿Quiénes son los teóricos que hablan del conocimiento? ¿Qué es la sociedad del conocimiento, en qué año fue acuñado el concepto, quién lo acuñó? ¿Cómo se entiende el concepto de conocimiento en las Instituciones de Educación Superior en el estado de Guanajuato?

Esta segunda serie de preguntas no se responden en este documento pero invito a la lectura del artículo del Dr. Karsten Kruger, de la Universidad de Barcelona, titulado El concepto de ‘sociedad del conocimiento’ en el que hace un amplio desarrollo de la temática.

Cuando estaba redactando este documento sucedió el terremoto del 19/09/17 que ha causado tanto dolor y que, por otra parte, nos permitió observar cómo ha cambiado la sociedad mexicana al hacer uso de las Redes Sociales de manera activa para su propia organización y reacción.

Las Instituciones de Educación Superior –IES- operacionalizan de manera diferente lo que consideran como conocimiento sobre lo que sucede en la sociedad. Pensamos que conocer es el discurso que se construye a partir de una realidad pero, paradójicamente, hay un deslinde de ella en cuanto la abstracción académica le da forma.

Propongo seguir esta lectura y hacer algunas reflexiones que tienen que ver con las dos variables enunciadas en el título: Instituciones de Educación Superior y Sociedad del Conocimiento.

Las instituciones de educación superior y el conocimiento

El saber educativo no puede cambiar sin transformaciones en la educación y ésta resulta infecunda sin una reforma en el pensamiento y en la praxis en que encuentra concreción.

Rigoberto Pupo

Es oportuno para la reflexión preguntarnos de qué tipo de conocimiento se habla cuando se trata de instituciones educativas: ¿conocimiento que se reproduce o conocimiento que se genera? ¿Parece algo evidente? De hecho nos conduce hacia dos de las tareas sustantivas: docencia e investigación.

¿Qué entender cuando se habla de conocimiento? Acudo al pensamiento de Edgar Morin y en su filosófica complejidad que dice que la noción de conocimiento se hace astillas en cuanto se le interroga y nos invita a preguntarnos si el conocimiento “¿es un reflejo de las cosas? ¿Una construcción del espíritu? ¿Un desvelamiento? ¿Una traducción? ¿Qué traducción? ¿Cuál es la naturaleza de aquello que traducimos como representaciones, nociones, ideas, teorías? ¿Captamos lo real o únicamente sus sombras?” (Morin, 2006: 19).

La acción reflexiva es un elemento que cada vez tiene menos espacio en las Instituciones de Educación Superior (IES) ante la urgente necesidad de seguir acumulando datos y no conocimiento. Observamos que no se le concede importancia ante la exigencia de aprender a aplicar procesos y a manejar tecnologías.

Las Instituciones de Educación Superior deben preguntarse si tienen claro lo que consideran conocimiento pues, como apunta Morin, “Nuestro conocimiento, tan íntimo y familiar para nosotros mismos, nos resulta extraño y extranjero cuando se le quiere conocer” (Ídem).

Invito a que se pregunte a los docentes de las IES en el estado de Guanajuato qué es el conocimiento y planteo el supuesto de que su respuesta girará en torno a que es un conjunto de saberes y datos que deben ser aprendidos para la resolución innovadora de problemas en el ámbito profesional.

Conocer no puede ser significado como el mero acto de repetir, de aprender sin dar sentido. Pensemos que “una educación fundada en lo simplemente inmediato, en el utilitarismo pragmático, en la mala propensión del tener, que soslaya la cultura del ser, resulta estéril y enajenante, no prepara para la vida” (Pacheco y Pupo, 2012: 25), de aquí la pertinencia y urgencia de hablar del papel de la educación superior en la llamada sociedad del conocimiento.

Los sujetos del conocimiento

El conocimiento moviliza una formidable maquinaria, no sólo bio-antropo-cerebral, sino también socio-cultural.

Edgar Morin

Comunicar significa poner en común y el conocimiento es un acto comunicativo pues se le reconoce en la medida en que es compartido. De allí la expresión el valor del conocimiento compartido. Además es conveniente tener presente que comunicar es una actividad fundamental propia de sujetos.

La comunicación es esencia de la especie humana, el conocimiento es esencia también de la humanidad. Debemos entonces pensar en el sujeto, que es diferente a hablar de individuo, apunta Alain Touraine.

Sobre el individuo el sociólogo francés dice que “el individuo no es entonces más que una pantalla sobre la que se proyectan los deseos, las necesidades, los mundos imaginarios fabricados por las nuevas industrias de comunicación” (Cornejo, 2015: 52), mientras que, por otra parte, dice “el sujeto se forma en la voluntad de escapar a las fuerzas, reglas y poderes que nos impiden ser nosotros mismos, que tratan de reducirnos al estado de un componente de su sistema y de su control sobre la actividad, las intenciones y las interacciones de todos” (Ídem).

Al hablar de sociedad del conocimiento debemos preguntarnos, con sentido crítico, si ésta debe estar constituida por individuos o por sujetos. Atendiendo al planteamiento de Touraine las Instituciones de Educación Superior deben pensar en la formación de sujetos libres, creativos, conscientes que posean las competencias y habilidades para actuar adecuadamente ante una sociedad en constante transformación y que, como se percibió después del 19 de septiembre del presente año, no deja de sorprendernos.

Tenemos así lo que plantea Edgar Morin cuando dice que “en cualquier caso, la humanidad del conocimiento no sólo se nos muestra como la unión indisoluble de la animalidad y la humanidad del conocimiento, sino también como la unión indisoluble de la humanidad y la culturalidad del conocimiento” (Morin, 2006: 253).

La complejidad del tema del papel de la educación superior en la sociedad del conocimiento nos exhorta a reflexionar sobre las variables expuestas pero considerando que el conocimiento no es algo abstracto e impersonal. Es concreto y forma parte de nuestra historia cotidiana

Favorecer el encuentro entre los sujetos y el conocimiento es la tarea principal de toda IES comprendiendo que el conocimiento debe ser útil para el desarrollo personal y social. La posibilidad de innovar no puede ser producto de un proceso mecánico ni de un chispazo de suerte. Innovar requiere de un conocimiento fundamentado, crítico y sobre todo, reflexivo.

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Como dice Rigoberto Pupo “sin pretensiones de agotar todas las aristas de un tema tan complejo espectro. Sólo nos anima un modesto aporte en una línea temática de la educación que aún requiere de la atención de especialistas de diversos perfiles” (Pacheco y Pupo, 2012: 9).

Bibliografía

  • CORNEJO, Hugo. “El pensamiento de Alain Touraine. Un árbol de profundas raíces para pensar la comunicación, la ciudadanía y la paz” en Revista de la Universidad del Valle de Atemajac. Año XXVII cuatrimestral Núm. 82 mayo-agosto 2015, pp. 47-54.
  • KRUGER Karsten. En https://mx.search.yahoo.com/yhs/search?hsimp=yhs-002_swt&hspart=CND&type=AE7F4C10319_s58_g_e_d_n&p=sociedad%20del%20conocimiento. Fecha de publicación: 25 de octubre de 2006. Consultado el 21 de septiembre de 2017.
  • MORIN, Edgar (2006, 5ª). El Método 3. El conocimiento del conocimiento. España, Ediciones Cátedra.
  • PUPO, Rigoberto (2007). El ensayo como búsqueda y creación. Hacia un discurso de aprehensión compleja. México, Universidad Popular de la Chontalpa.
  • PUPO Rigoberto y PACHECO María Caridad (2012). José Martí: la educación como formación humana. La Habana, Centro de Estudios Martianos.